Natural Plus®

Astaxantina (extracto de alga Haematococcus pluvialis)

Presentación 120 cápsulas de 200 mg

Dosis sugerida: 2 cápsulas diarias. Se recomienda tomarlas junto con alguna comida 

La astaxantina es un antioxidante natural de gran potencia, con beneficios comprobados en la salud ocular, cerebral y en la modulación de procesos inflamatorios.

En el ámbito ocular, protege los tejidos frente al daño oxidativo generado por la radiación ultravioleta, la exposición prolongada a la luz y el envejecimiento. Su capacidad de atravesar la barrera hemato-retiniana le permite llegar directamente a la mácula, contribuyendo a la prevención del deterioro macular asociado a la edad. Asimismo, favorece el flujo sanguíneo ocular, lo que ayuda a reducir la fatiga visual y la sequedad en personas expuestas a pantallas por tiempo prolongado. También actúa como filtro frente a la radiación de alta energía, como la luz azul de dispositivos electrónicos y fuentes LED, y diversos estudios señalan que puede mejorar tanto el enfoque como la adaptación a la oscuridad, lo que repercute positivamente en la visión nocturna.

En relación con la salud cerebral, la astaxantina presenta una particularidad relevante: puede atravesar la barrera hematoencefálica, lo que le permite ejercer su acción directamente en el tejido nervioso. De este modo, protege a las neuronas del daño oxidativo y contribuye a retrasar el envejecimiento cerebral. Además, se asocia a la prevención del deterioro cognitivo, ya que disminuye la inflamación crónica en el sistema nervioso, un factor relacionado con enfermedades neurodegenerativas. También se han observado efectos positivos sobre la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento, junto con una mayor resistencia a la fatiga mental y una posible mejora en el equilibrio de neurotransmisores, lo que favorece el estado de ánimo.

En cuanto a su acción antiinflamatoria, la astaxantina modula la respuesta inmunitaria al reducir la producción de moléculas proinflamatorias. Su integración en las membranas celulares contribuye a protegerlas de daños que pueden desencadenar procesos inflamatorios. Este efecto se ha estudiado en diferentes contextos, incluyendo la inflamación ocular, muscular después del ejercicio, articular y en la inflamación de bajo grado vinculada al envejecimiento. En ensayos clínicos, también se han reportado mejoras en personas con molestias musculares o articulares crónicas, reflejadas en una disminución del dolor y la rigidez.